Cuadernos de humo es la revista literaria editada, ilustrada y publicada por el poeta Hilario Barrero en New York. Entre los muchos encantos que posee la pequeña revista está el de ser editada íntegramente por él mismo en casa, a la antigua usanza, poquito a poco y con amor, como los postres caseros o la ropa hecha a medida. Cuadernos de humo cuenta con un selecto grupo de poetas colaboradores que nutren la revista de pequeñas joyas inéditas. Por citar unos cuantos podríamos nombrar a José Luis Morante, Rosario Troncoso, Marcos Matacana Martín, José Luis García Martín, además de otros muchos.
El número 12 de Cuadernos de humo fue toda una sorpresa para mí. De él se han editado tan solo 45 ejemplares numerados y yo fui agraciada con el número 23 de la colección. Aterrizó en mi buzón el día trece de julio bienvenido desde New York, gesto que agradezco enormemente a su editor porque sé de los muchos enamorados y pretendientes al trono que tiene la revista.
Este ejemplar, en concreto, es un monográfico dedicado a la poesía amatoria de Hilario y se abre con un prólogo que conmemora una fecha importante en la vida del poeta, una fecha que marca un antes, un después y un porqué de toda una vida, una línea roja, una marca de salida, la primera casilla.
En la primera parte encontramos siete sonetos de amor y una página extraída de los Diarios del mismo autor, altamente recomendables. A través de ellos, el poeta nos guía durante un corto período de tiempo por su vida. Son escenas cotidianas narradas en un tono tan confidencial, tan lírico y plástico que sumergirse en ellos es no poder escapar hasta llegar al borde final, hasta la otra orilla, la que marca el punto final del libro.
En la segunda parte de la revista Hilario mezcla el amor con algunas impresiones de sus viajes por Andalucía en poemas dedicados a Sevilla, Córdoba, Granada y Cádiz.
" El sol dobla en tu rostro
el mapa en que me pierdo,
reconozco tu voz, tus labios y tus ojos
y te encuentro en las Ramblas"
( Córdoba 7-7-01 )
" Julio, 2016" es un precioso y tierno autorretrato en prosa en el que Barrero se perfila, no sin ironía, como amante de la música, enamorado de su pareja, buen vecino, creyente, un poco hipocrondríaco y por supuesto, como un ser perfecto que " ama la perfección y fue amado ". Teniendo en cuenta la calidad humana del poeta, podemos decir con una sonrisa en los labios, que se ha ganado el derecho a esta pequeña coquetería.
Acaba la revista con " Código descifrado", cinco maravillosos poemas de amor en metros diferentes al soneto, del que extraigo este poema como colofón final no sin antes desear que Hilario nos siga deleitando con su exquisita revista casera.
FINAL
Carbonizados,
algunos morirán consumidos de fuego,
cegados por las algas de la noche
otros verán en la luz profunda del mar,
los elegidos, ceniza numerada,
arderán para siempre
porque el amor borró sus nombres,
tú y yo que hemos sido agua,
viento y fuego enamorado
seremos un olvido.
Solo uno.