domingo, 8 de septiembre de 2019

EDITA NÓMADA CÁCERES. 13 y 14 de septiembre 2019


Programa





















El 13 y 14 de septiembre celebramos en Cáceres el Encuentro anual y nómada de Editores Independientes EDITA.

Este año disfrutaremos de la poesía en unos escenarios históricos inigualables.

Cáceres es patrimonio de la humanidad. Ven y disfruta de performances en el Palacio de la Isla. Acompáñanos en la velada poética de Los 7 jardines. Escúchanos en el espectacular edificio palaciego que acoge el Ateneo de Cáceres. Tómate un café con nosotros en el agradable Café Central.

Literatura, arquitectura e historia se darán la mano en este bonito encuentro. ¿ Te lo vas a perder?

Plaza Mayor de Cáceres

Los 7 jardines
Palacio de Isla

Antolejía. Poemas para limpiar el váter. Ballerina Vargas Tinajero



Antolejía. Poemas para limpiar el váter.
Ballerina Vargas Tinajero.
Ed. Liliputienses 2015.

He vuelto al libro de Ballerina del que ya se está preparando la segunda edición. Hay libros a los que siempre se vuelve y te siguen sorprendiendo. La primera vez me lo leí de una sentada pero hoy, que degusto los poemas poco a poco, descubro en ellos nuevos matices, nuevas imágenes, nuevos colores. Antolejía. Poemas para limpiar el váter es un libro muy visual y muy plástico, plagado de escenas urbanas de las noches sevillanas o de pueblos costeros en las noches de verano. Aquí el mayor logro de Ballerina es conseguir pintar en cada poema un cuadro urbano o una escena de la ordinaria vida doméstica y saber combinar, con maestría, el lenguaje esteta con el puramente coloquial. Calidad y modernidad, clasicismo y ruptura del cánon, hacen de este poemario uno de los más originales del panorama literario de los últimos años. Dejo este conmovedor y plástico viaje Regreso al futuro:

BLACK TO THE FUTURE
Tirada en una cuneta intento por quinta vez
Arrancar mi DeLorean
no hay forma
Y me toca andar hasta la gasolinera
Con tacones de aguja y este callo
Entre latas plásticos y cassettes
Destripados en medio del campo
No sé en qué año estoy
Hasta que me oigo decirte
Hasta que nos veo de pronto
Dentro del coche de mi padre
Argo ocilante de cristales empañados
Qué ordinaria eras chica
Y pienso
Que en eso no he cambiado tanto
A pesar de los palos
Y recuerdo
Aminoro el paso
Me siento en una piedra
Y aguardo paciente
Ya no puede faltar mucho
Me veo bajar del coche
Y esconderme con urgencia
En cuclillas tras un árbol
El rugido del motor que arranca
Y araña la noche fría
Marca el final del acto
Y desprecio a esta niñata
Panoli perpleja con las bragas en los tobillos
Observando a su príncipe de polígono
Alejarse sobre sus caballos
Qué tonta era
Entonces no sabía
Entonces esperaba algo
A las dos nos jodieron esa noche
A mí el condensador de fluzo
A ti
A ti te abrieron los ojos a golpes
Pequeña
Con tu propio tubo de escape
Y ya no volvimos a soñar
desde entonces
Incapaces de cerrarlos

Convalecencia

No sé si todas las parroquias son tan frecuentadas como esta parroquia de San Paulino en mi pueblo. Toca diariamente la misa de maitines, la de la mañana, la de la tarde y entre tanto, da unas cuantas campanadas más que no sé qué significan. La calle es un trasiego de personas que van y vienen. Unas acuden a la sacristía a arreglar una boda, una misa de difuntos, un entierro, un bautizo o a pedir una partida de nacimiento. Otras pertenecen a alguna cofradía o vienen a visitar a las hermanas. La oficina de Cáritas está enfrente y funciona a todo trapo como una oficina de Correos. El ritmo de la vida es el ritmo de las estampas galdosianas. Y me imagino a la señá Benina de Misericordia yendo y viniendo por estas calles. Sin bancos, con un ayuntamiento a medio gas y una oficina del inem que padece indigestión y vomita más gente de la que entra, me pregunto qué sería de este barrio sin la parroquia. La gente se para en mi ventana a hablar, se saluda, se pregunta por la familia, ofrece una información detallada del historial clínico de cada uno o cuenta a dónde va, de dónde viene y porqué, los más existencialistas, mientras yo escribo o dejo acariciar mis duermevelas postoperatorias con su murmullo y sonrío.

08.09.2017

Desde mi balcón.


Un grupo de 7 chicos de unos 24 o 25 años sale del portal. Sólo diviso sus cabezas, sus cabellos esculpidos, algo de sus rostros, aunque sin llegar a reconocer todos sus rasgos. Desde arriba sus piernas son cortas y delgadas. Abandonan el portal con bolsas de plástico en las que esconden alcohol. No poco para 7 personas. Como por arte de magia, aparece un taxi pirata en la esquina. El conductor les pregunta si van hacia una discoteca a unos 4 kms fuera del pueblo. 5 € por cabeza. No está mal. Si consigue 4 o 5 grupos esta noche, la cosa habrá sido jugosa. Es la primera vez que veo un taxi pirata en este pueblo. Uno de los chicos se queja de que sólo tiene 10 euros, otro le espeta de mala gana que es justo lo que cuesta la entrada, un tercero le pregunta cómo va a volver. No parecen muy contentos, dan por hecho que el resto tendrá que cubrir su parte. Le toca ir apretujado en la parte de atrás. Parece ser el pardillo. El taxista empieza a ponerse nervioso. Está perdiendo tiempo y quizás clientes; además, se ha dado cuenta de que yo observo toda la escena. Tengo suerte. Para cuando vuelvan, yo ya habré dormido. Me estaré levantando, probablemente. En la escena todo es discretamente ilegal, permisivamente clandestino, clandestinamente bello. Pero la noche está preciosa, ellos la pasarán en la playa y oirán música frente al mar.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Revista Cuadernos de humo. Núm 25

Desde Brooklyn y aún con las alas mojadas, me llega el número 25 de Cuadernos de Humo, editado por Hilario Barrero, Jesús Nariño, Antonio del Camino y Luis Suárez Palomo. Un cuaderno que ha conseguido reunir en torno a la hoguera a casi 200 colaboradores entre poetas, críticos y artistas. Como dice Hilario para " echarle leña al fuego y arder juntos". Las bellas, originales y siempre inquietantes ilustraciones, son también de Hilario; por aquello de que en guiso casero no falte ningún avío. Cocina de autor, que se diría hoy. El resultado, unas inestimables cuartillas que siguen creciendo en calidad sin perder su independencia y conservando su espíritu original. Gracias a todos y en especial a Hilario por tomarse la molestia de lanzar las palomas hasta el otro lado del Atlántico. Lo leeré con detenimiento. Después dormirá el sueño de los justos con sus hermanos.

De la comunicación, el amor y otras fosas abisales. Gema Estudillo

La comunicación no es sólo cuestión de lenguaje, sea verbal o no. En la comunicación confluyen muchos factores y matices: la cultura, la formación, el ámbito geográfico, el tiempo cronológico al que se ciñe...Sin embargo, uno de los factores más sutiles pero más importantes, el único que nos permite llegar hasta el fondo de la comunicación, el único que nos permite traspasar las múltiples capas o sustratos que la componen, desde la mera funcionalidad a la más absoluta comprensión que es la comunión entre las dos almas que se comunican y del que depende también la capacidad de empatía, es el AMOR. A veces hay que bajar muy hondo y no se ve la luz. La constancia y paciencia con la que buceemos por ese último manto abisal es directamente proporcional a ese factor. 

                                                                                                                                                           Gema Estudillo

FERNANDO CABRITA, El poema triste de Dios

En El poema triste de Dios, de Fernando Cabrita, nos asomamos a la vida de un dios eterno y solitario cansado de ser omnipresente. Dios, arrinconado por la ciencia, vaga de aquí a allá por el mundo en busca de fieles. Consciente de su cada vez más acuciante soledad, decide ponerse en forma en el gimnasio o hacer campaña electoral en la televisión nacional para captar adeptos o fieles seguidores. El poema triste de Dios está escrito desde una perspectiva tragicómica y acerca al lector a un dios que lucha por ser humano, se lamenta de su propia eternidad, que percibe como un castigo, y añora la presencia de una compañera. Este dios ridículamente omnipotente pero viejo y solo, que cambiaría su propia transitoriedad por sentir el abrazo de una mujer en un salón de baile y arrastra su pesada eternidad como la bola de un reo al final de su grillete, acaba irremediablemente robándonos el corazón.Poesía existencial del siglo XXI.


El poema triste de Dios, Fernando Cabrita.
Edición bilingüe. Trad. a cargo de Gema Estudillo y Uberto Stabile.
Col. Garvm poesía.
6€