Trabajo sucio, Eva
Vaz.
La isla de Siltolá.
Col. Tierra
2016 Sevilla
Trabajo sucio es el último de los poemarios de Eva Vaz ( Huelva,
1972 ). La poesía de Vaz gira en torno a dos ejes fundamentales: el dolor de
vivir y las relaciones personales. En el primer grupo se insertan, entre otros,
poemas como Cinta en el jardín ( “
Perder placer es triste,/ por eso están los bares/ o las casa de putas” ), Amitriptilina ( “ Ya sé que no soy yo,/
que son mis venas de pájaro,/ que son los veinte años de anestesia…” ) o Hotel vivir ( “ Ya no necesito agendas./
Llevo un libro de poesía en el bolso/ con papeles donde anoto/ las citas del
psicólogo…” ). Poemas duros, en donde la decadencia del cuerpo y sus
herrumbres, el paso de los años, la angustia por los problemas cotidianos, la
soledad, la incomprensión, retratan una voz cercana al realismo sucio. En el
segundo grupo cabrían poemas como Llaves,
La gimnasta y la loca ( “ Me he encontrado contigo,/ entrenadora, en la
puerta del psiquiatra…” ), Solas ( “
Ana, levántate y anda/ ¿ No te das cuenta de que el inconformismo/ también es
gregario? ” ) en los que la voz poética lucha constantemente por encontrar el
modo de relacionarse consigo misma y con los demás a través de la poesía. La
fealdad del mundo se impone. El desafecto de los hijos, la traición de los
amigos, los vicios, el desconsuelo, la indolencia, la muerte de los seres
queridos… son heridas difíciles de
cauterizar. Eva Vaz explora en Trabajo
sucio las miserias de las relaciones humanas, las coaclas sentimentales por
las que todos transitamos y en las que su voz luchadora avanza siempre abatida
pero sin dejarse vencer por la oscuridad:
“ Me acuerdo de aquel día:
te recogíamos en Huelva
y en el camino a Isla escuchábamos
a Portishead.
A mí me emocionan esas cosas.
Entonces yo era la única de vosotros
Que quería haberse muerto”
La poesía de Eva Vaz es la del cisne negro que agoniza lentamente sin
dejar de buscar la belleza.