Me rindo al silencio y a la soledad
como únicas vías de conocimiento.
Me entrego a ti, que me sanas y me cuidas.
Al resplandor cristalino de tu cielo.
Al silencio que es yo
y es otro.
Méceme en tu canto,
acúname en el viento.
Benefíciate y extrae de mí,
fuerza cósmica, uno versátil,
la pequeña porción de llama
que te pertenece.
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