sábado, 2 de octubre de 2021

HACIA CARCASSONNE, Juan Arabia.



Hacia Carcassonne (Pre-textos, 2021) | Juan Arabia | 2021 | 38 págs | 12 euros


GEMA ESTUDILLO | Al leer este poemario uno se pregunta qué mueve a un poeta como Juan Arabia ( Buenos Aires, 1983) a escribir un libro como Hacia Carcassonne. Arabia transita desde hace alguna década por las redes sociales con su blog Buenos Aires Poetry. Acudir a ver cuál es su post del día es algo, que en mí se ha convertido en costumbre, como en otro tiempo abría el periódico local por la página de sucesos. Acudo siempre, no tanto para conocer, como para recordar a muchos de los poetas irreverentes que pueblan los márgenes del canon: algún poema sobre Rimbaud, un texto sobre Diana di Prima, Anne Sexton, ruth weiss, Nicanor Parra, Bolaño o Ezra Pound, entre otros.

Hacia Carcasonne ( Pre-textos, 2021 ) es fundamentalmente un breve poemario de viaje surgido de una experiencia personal, pero no es sólo eso. Aunque muchos de sus poemas habían sido publicados con anterioridad en su blog, es en el libro donde forman unidad y donde Arabia recupera y reivindica con fuerza la figura de Ezra Pound y, por ende, de un puñado de geniales trovadores que se echaron a los caminos en el siglo XII, en los albores del humanismo. Si volvemos a la pregunta inicial, ¿por qué alguien interesado en la poesía escrita en los márgenes, incluso en la antipoesía, escribe un libro que apela a la lírica tradicional?, para responder a esta pregunta debemos tener en cuenta una diferencia fundamental, la que había entre el poeta de corte, el rapsoda y el trovador. A diferencia de los otros dos, en el trovador se daban dos requisitos indispensables: la música y el caminar. El trovador era aquella figura que había elegido consagrar su vida a caminar, a veces sin rumbo fijo, y componer poemas – orales en la mayoría de los casos – para entregárselos al pueblo ( “desgastando las suelas”, “ junto al pan que mojaban los trovadores/ con la cerveza del pueblo”, “mucho antes de que otros poetas/ invadieran el cerco con canciones/ tontas y estancadas”)

A diferencia del ejército de poetas populares anónimos o de los juglares que creaban canciones y coplillas populares, el trovador es conocedor de una técnica y conocedor del valor de las palabras. Su trovar “ tiene artificio” y lo pone al servicio del pueblo, unos con palabras sencillas que el pueblo entiende (cantar leu o ligero: “ recordando cómo el trovar/ no era cosa sólo de afinar los oídos/ sino de dar de probar al gentío/ el gusto y betún de las suelas”); otros más herméticos que buscaban captar matices y una gran variedad de significados (cantar clus: “hermética y cerrada está la tierra/ donde las uvas mueran bajo el sol”);  e incluso, algunos más estetas tenían como objetivo primordial la orfebrería lingüística (cantar ric o el trovar inverso ) con el fin de llegar a “ imitar el sonido de los pájaros”. Por ello, el trovador se echa a los caminos, anda miles de kilómetros, come y duerme mal en cualquier lugar, se arriesga a ser atacado, vilipendiado y soporta el sudor, el hambre, las llagas y el frío porque siente que el camino forma parte del trovar y no hay trovar sin camino:

“ El trovador mojaba su pan/ en todas las fuentes, en tabernas ocultas/ bebía de ese otro campo,/ sustancial como el excremento de un rey “

A lo largo de todo el poemario se rinde homenaje a trovadores como Montcorbier, Giraut de Bornelh,Peire d´Alvernha, citado en la Divina comediapor DanteRaimbaut d´Aurenga, Marcabrú… pero también a otros inconformistas más cercanos en el tiempo como William Michael Rosetti, Hart Crane o el propio Pound, de quien toma el título. Pound abandonó toda su obra para dedicarse a estudiar la figura del bufón en Lope de Vega para lo que tuvo que remontarse a la poesía provenzal. El primer verso que abre el poemario,“ Hacia Carcassonne, dijo el jefe,/captando el sentido de lo distinto/ mucho antes de que otros poetas estuvieran allí”, es una llamada a la vuelta a las raíces de la lírica tradicional europea.“ En las instituciones granjean los falsos poetas”, refiere Pound. “Todos los falsos tienen un lugar reservado,/ el verdadero amor lo ha prometido,/ en el reino del dolor y la desesperación” , recuerda en Arabia la profecía de Marcabrú.

No es raro así, que alguien que ama el verso libre, la pausa versal y la literatura contestataria, incluya también sextinas en su poemario para remontarse a esa lírica primitiva:

“ Estos bardos que imitan a los pájaros

silvestres, siempre olvidan que las jaulas

cercan los aires más puros, la tierra

se seca, y así la flor debe cantar

y restringir su luz, donde maleza

bailan hacia el unísono del sol”.

Tradición, poesía , paisaje y modernidad se conjugan en el espacio de este poemario en un viaje por el sur de Francia en busca de las raíces de la lírica. Como Pound, Arabia sentencia “ Mi modesto trabajo/ consistía en decir la verdad, conciliar ritmos,/ imitar a los pájaros”.

Con la poesía se puede jugar con formas y sonidos de manera magistral hasta alcanzar la elevación estética e incluso mística. No es de extrañar de Dante, Petrarca. T.S Eliot, William Blake, Allen Ginsberg o Ezra Pound se sintieran atraídos por la lírica trovadoresca.

¿ Qué mueve a un poeta como Juan Arabia a echar a andar y bucear en la lírica primitiva de corte provenzal? Lo mismo que mueve a dos jóvenes a viajar de Nueva York a México, sin dinero, en un Cadillac desvencijado para escribir un libro o a un cantautor consagrado a recorrer la costa este americana para dar conciertos en polideportivos improvisados de pueblos remotos: “ desgastar las suelas/ junto al pan que mojaban los trovadores/ con la cerveza del pueblo”.


Reseña publicada en la revista de crítica literaria Estado Crítico.


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