La primera vez que oí eso de " En una centésima de segundo de nuestras vidas caben infinitas vidas" fue a mi profesora de filosofía de C.O.U y me quedé ojiplática. Con el paso de los años también se lo oí decir a un profesor de física, luego a uno de matemáticas, hasta que por fin lo encontré reflejado en la poesía metafísica de Rafael Guillén. Leer o interpretar el universo, la realidad que nos rodea, no es más que elaborar una gran metáfora que viene condicionada por nuestra herencia cultural. Intentamos explicar lo mismo con diferentes tipos de lenguaje ya sea matemático , musical o lingüístico. El objetivo no es otro que levantarle la falda a este gran misterio para descubrir los hilos que lo conforman. ¿ Qué se cuece detrás de este gran lienzo ? ¿ Quién lo tejió ?. Para dar respuesta a estas preguntas, creé este poema. Nuestra gracia, la que los dioses nos otorgaron, consiste en poseer infinitas posibilidades de cambiar en cada uno de esos instantes que vamos a vivir. Nuestra miseria, poder elegir tan solo una de esas posibilidades y estar obligados a descartar las demás. Así, vamos labrando un camino, una estela, cada uno la suya, individual e irrepetible, que se borrará en el tiempo como las huellas sobre la arena y así también, nos vamos transformando en otro sin dejar de ser nunca uno mismo.
Aquí os dejo el poema:
UNIVERSO
En verdad os digo
que ese que veis,
ese que se aleja
cada vez más de mí
y cuyo cuerpo es más
y más inconsistente,
más afinado, más
incorpóreo...
ese que veis que se
separa
sin dejar de ser yo
ni un solo instante
y cuya materia es
cada vez más traslúcida,
más difusa que la
original,
más otro y menos
yo...
ese que veis, repetido en su forma
y liviano en su materia,
y liviano en su materia,
es, en realidad,
la medida exacta de todas las cosas.
la medida exacta de todas las cosas.
Gema Estudillo
Bellísimo, Gema. Me estreno entrando en tu blog.
ResponderEliminarNo hay duda, somos el infinito dentro de otro infinito, la medida exacta de las cosas. Buen poema. Saludos.
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