martes, 8 de enero de 2019

TIRSO PRISCILO VALLECILLOS

Tirso Priscilo Vallecillos nace en Motril, Granada, en 1972. Actualmente vive en Sevilla donde trabaja como profesor y asesor de formación. Diplomado en Ciencias Humanas, licenciado en Filología Hispánica, Filología Románica, Antropología Social, y Premio Extraordinario Final de Máster en Escritura Creativa, combina su trabajo con la escritura e imparte talleres de creatividad especialmente dirigidos al profesorado. Algunos de sus textos aparecen en revistas, blogs y antologías como Seré Bre (Cicus, 2015), La devoción inflamada (La Malvaloca, 2016), Voces del Extremo. Antología 2012/2016 (Armargod, 2017). En solitario ha publicado Subway (Ediciones en Huida, 2015), su primer poemario; la antología de relatos Libro de Cocina Tradicional Caníbal (Ediciones en Huida, 2016); el libro de aforismos Homo Pokémons (Trea, 2017); y Cartografía Urbana del Deseo, (La Malvaloca, 2017), libro de poemas y relatos. En investigación constante intenta encontrar nuevos formatos para acercarse al lector en la maquetación y estructura de los libros, así como en la presentación de los mismos a partir de performances participativas. Ha publicado en la revista de poesía Alameda 39 y los pliegos de poesía Las hojas del Baobab. Recientemente ha publicado el poemario Viejos ( Huerga y Fierro editores ).

PERDIENDO EL TIEMPO CON ESTO DE LA POESIA

Me gusta tu fragilidad y tu rudeza,
y ese toque de locura cuando me robaste los calzoncillos,
tus besos y tu orina,
tu cuerpo de depredador fiero con mirada de animal herido 

Después de muchos años te mando este guasap
te pregunto si sabes quién soy
si recuerdas estos versos,
y te prevengo de que un día pueden madurar en poema.
Luego escribo una sucesión de jotas
sin saber con qué intención lo hago.

Tú contestas algo acerca de cierto resabio a “fugacidez”
― sonrío por el término ―
que no eres un león herido
sino más bien un jabalí atropellado en la cuneta.
Me aseguras que no recibiste los guasaps
que jamás los habrías olvidado
que pensaste que no te quería,
que hace poco Benítez Reyes pontificaba
sobre la poesía y el ayer
que la fiebre del hoy, comentas que decía, le sienta mal
y que entiendes que (Benítez y yo) somos del mismo parecer
Que tus versos para mí apenas sí se atreven,
que juegas a imaginar, sí, es verdad
pero no poemas...

Hago memoria
por entonces andaba yo tan metido en la escritura
que acepté las cosas como vinieron
me conformé con la falta de noticias
desoí tu silencio...
Después de tantos años
me pregunto si un día me arrepentiré
de no haber atendido al mundo
de no haber tocado y sentido personas
sino solo posibilidades que recuerdan
otras memorias
otros cuerpos
otras vidas
pero no la mía ...

Me pregunto yo
si no ando perdiendo el tiempo
con esto de la poesía.


BISONTES

El pensamiento es esa manada de bisontes
que flota entre una nube de tierra
retumba a muros de discoteca, a patas
fuerza, velocidad y polvo
y aun así siempre acertamos
a recoger alguna que otra palabra.

COMO SI FUESE UNA MADRE ITALIANA O GRIEGA

Me despierto a las tres de la madrugada
y me llevo las manos a la cabeza
como si fuese una madre italiana o griega
entre ideas desparramadas por toda la casa.

Me despierto de nuevo a las cinco
y me llevo las manos a la entrepierna
como si fuera un pornostar de la República Checa
rodeado de pensamientos prestos a la penetración.

Me levanto a las seis treinta
me llevo las manos al teclado del ordenador
como el pianista de un antro clandestino
cansado, drogado, borracho … Eso nunca se sabe.

Da igual lo que haga
porque esto de escribir
persiste, persiste, persiste...


COMO SEXADORES DE POLLOS

Detrás de la poesía está la mano de un hombre
la mano de una mujer está detrás de la poesía
la mano de un hombre que quiere a otro hombre
la mano de una mujer que quiere a otra mujer
y a otro hombre
la mano de un hombre que se pinta los labios
y ama a una mujer
Y así se podría estar hasta que ya no quedaran
ni manos, ni versos...

Sin embargo, hay quien persiste en diferenciar
entre poemas macho y poemas hembra
con sus ojos minuciosos se niegan a ver
que al otro lado de la mano
de todas y cada una de las manos
solo hay poesía
poesía
y nada más que poesía.


DESPUÉS DE SUBWAY

Le leo a Alejandro un guasap de nuestra amiga Clara:
que esta noche sale en televisión, en La Voz
justo detrás de Orozco y Malú
(por lo menos no es Melendi, comento)
que lleva puesto un jersey color cereza
y que está sentada entre una pelirroja de cabello rizado
y un chico con peto a rayas  (¿Un peto a rayas?
¡Eso hay que verlo!, vuelvo a comentar).

Alejandro me mira con extrañeza
entiendo que me quiere decir algo
Es bonito ― comenta ―, ¿es un poema?

Yo le sonrío con ternura
sospecho que o no me escucha como antes
o ya se cree esto de la poesía.



( Publicado en el número 1 de la revista Alameda 39 )

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